Por casi dos años, desde febrero de 2017 hasta enero de 2019, la artista Vera Lutter (nacida en 1960), basada en Nueva York, fotografiaba el campus, las galerías y las obras de arte del LACMA usando una de las técnicas ópticas más antiguas que todavía se utilizan: la cámara oscura. Mucho antes de la invención de la fotografía, se sabía que cuando la luz pasaba por un pequeño huequito a una sala oscurecida, los rayos de luz se transformaban en una imagen, invertida y enrevesada de izquierda a derecha, dentro del espacio oscurecido en la pared opuesta a la abertura del agujerito.

Para hacer sus fotografías a gran escala, Lutter construye sus propios aparatos de cámara oscura al construir o adaptar estructuras que son el tamaño de una sala. Cuelga papel fotográfico dentro de cada cámara y permite que la luz pase por el agujerito para que se inscriba en la superficie del papel, que es sensible a la luz. Porque las fotografías de Lutter son hechas sin negativo de película, estas exposiciones directas rinden imágenes impactantes en las cuales los tonos positivos y negativos se encuentran invertidos.

Los visitantes veteranos a LACMA reconocerán vistas familiares del recinto al este del museo, partes del cual se están demoliendo para dejar sitio para un nuevo edificio para la colección permanente. Desde esta perspectiva, las fotografías de Lutter sirven como registros conmovedores del museo en un momento decisivo de su historia institucional. El “museo” del título de la exhibición, sin embargo, no es solo un lugar específico, sino también una idea conceptual sobre cómo las obras de arte se reúnen para hablarse una a la otra a través del tiempo y el espacio. A través de las fotografías de Lutter, vemos estas conversaciones; por los ojos de la artista, vemos el museo que existe en su cámara.

Todas las obras en la exhibición son impresiones en gelatina de plata únicas. A menos que se indique lo contrario, todas las obras son proporcionadas por cortesía de la artista y de Gagosian Gallery.