Con el fin de la esclavitud en los Estados Unidos en 1865, Brasil, Cuba y Puerto Rico se convirtieron en las únicas regiones de las Américas y el Caribe donde seguía siendo legal. La presión para abolir la institución provenía de todas partes: periodistas, políticos, activistas y, sobre todo, los propios negros esclavizados. Puerto Rico y Cuba, que fueron colonias españolas hasta 1898, no abolieron la esclavitud hasta 1873 y 1886, respectivamente; Brasil, dos años después. Esto marcó el fin de una era y el comienzo de una nueva, en la que la lucha de las poblaciones negras por una verdadera inclusión social, económica y política continúa hasta nuestros días.