La presentación de Paul Legrand en el Salón de París de 1897 está cargada de alusiones a los triunfos del gobierno francés. Unos niños, en un descanso de la escuela gratuita recién decretada, contemplan un quiosco cubierto de grabados y periódicos ilustrados (indicios de una prensa libre). Entre ellos hay una reproducción del cuadro Le rêve (El sueño) de Jean-Baptiste Édouard Detaille, que representa a soldados que sueñan con las pasadas glorias militares de Francia. Estos jóvenes parecen estar imaginando su futuro como defensores de su patria, pero también pueden ser interpretados como representantes de los primeros espectadores de cine, ya familiarizados con una gama de medios visuales, sus múltiples mensajes y sus diversas formas de réplica y distribución.