El cuadro de Berthe Morisot contribuye a un género bien establecido de vistas panorámicas de la ciudad que más tarde se vería incrementado por la fotografía aérea y el cine. El sitio, cerca de la casa de Morisot, corresponde a los Jardins del Trocadéro, lugar donde se celebraron las Expositions Universelles de 1867 y 1878, y que constituye un excelente punto de vista para contemplar los monumentos de la ciudad, como el Panteón y la catedral de Notre-Dame. Aquí, dos mujeres parecen desinteresadas por la escena que se desarrolla más abajo, mientras que una joven contempla el movimiento continuo de los peatones, los carros y las barcas del río.