Partiendo de su experiencia en pintura de escenas y escenografía, Louis Daguerre y su colaborador Charles-Marie Bouton crearon espectaculares dioramas utilizando la óptica, la luz, la pintura y otras formas de tecnología escénica. Primero produjeron espectáculos envolventes en París y Londres en la década de 1820, y luego se dedicaron a hacer cuadros de tamaño modesto, utilizando únicamente pintura y luz para conseguir sus efectos mágicos. Tras un importante éxito comercial con sus dioramas, Daguerre se convirtió en uno de los primeros inventores de la fotografía.