Envolviendo la cubierta del libro de Albert Robida sobre el siglo XIX, una linterna mágica proyecta un haz de luz cónico que ilumina a un conjunto de animados personajes. Ante este desfile se encuentra una burguesa de moda dispuesta a entretenerse con el espectáculo proyectado, y a la vez a participar en el mismo. La ilustración suscita la consideración de los dispositivos ópticos y las imágenes proyectadas como parte de una nueva autoimagen decimonónica y de un creciente deseo de ver representada la vida moderna, de la que el cine se convirtió en su máxima expresión.