Patentado por los Lumière en febrero de 1895, el cinématographe (del griego “escritura con movimiento”) era un dispositivo de grabación, proyector e impresora de contacto de negativo a positivo todo en uno. Contenía una bobina de celuloide de 35 mm de longitud, con una duración de cincuenta segundos. Los Lumière, quienes ya vendían placas y material fotográfico, destinaron su nuevo invento a un uso comercial. El primer lote de cinématographes entró en producción en 1895, y las herramientas pronto se pusieron en uso en París y más allá. El dominio de los Lumière en la industria cinematográfica fue importante, pero duró poco, en parte debido a que se centraron en los equipos; en 1904, empresas competidoras se hicieron cargo de la fabricación de cámaras.