La parte inferior de esta vasija del oeste de México revela las fauces colmilludas de una cueva sagrada personificada. Esta escena sobrenatural forma parte de una historia de la creación que se desarrolla en la superficie, representando los orígenes épicos de un ritual mesoamericano de nacimiento y agua. Los artistas de muchas culturas han aprovechado las características escultóricas de la cerámica tridimensional para contar historias esenciales. Gerardo Monterrubio cubre sus robustas porcelanas con representaciones muralistas, utilizando las curvas, las grietas y las hendiduras como transiciones entre escenas oníricas. Puno de tierra entrelaza sus experiencias de duelo por la muerte de su abuela zapoteca y su perro Happy con otras exploraciones de la muerte y el duelo.