Los europeos de élite coleccionaban elaboradas vasijas de producción nacional que imitaban el aspecto de la lujosa porcelana azul y blanca importada de Asia. Por ejemplo, este pote de posset inglés coronado está adornado con una falsa escenografía china. En Esposa trofeo, Elyse Pignolet relaciona el coleccionismo de cerámicas preciadas con la objetivación de las mujeres deseables. Su escultura atrae a los espectadores con los bonitos y familiares motivos de inspiración asiática de la cerámica azul y blanca, solo para confrontarlos con estereotipos misóginos igualmente ubicuos. Adorna el cuerpo, que parece un trofeo, con los nombres de destacadas figuras femeninas, criticando así la excesiva atención que se presta al estado civil y a la apariencia de las mujeres en el discurso público.