La computadora y la conciencia popular

Las computadoras centrales aparecieron a principios de la década de 1940 para uso militar y se caracterizaban por su gran tamaño, cantidad de almacenamiento, potencia de procesamiento y alto nivel de fiabilidad. Aunque su capacidad parece mínima para los estándares actuales —el Sistema/360 de IBM contaba con una media de 256 KB de memoria central— las computadoras centrales representaban la tecnología más avanzada de la época. Llamadas “mainframes” por el gran armario, o bastidor principal, que albergaba la unidad central de procesamiento y la memoria, estas computadoras eran principalmente del dominio del gobierno y las grandes corporaciones, pero empezaron a entrar en la conciencia popular a través de los medios de comunicación en los años de la posguerra. La percepción de la computadora como un “cerebro electrónico” todopoderoso proliferó, tal como aparece en una portada satírica de la revista Time, obra de Boris Artzybashef. Estas ideas se vieron influidas por las nociones prevalecientes de cibernética, así como por eventos televisados, como la predicción de UNIVAC de la victoria aplastante de Dwight D. Eisenhower en las elecciones presidenciales de 1952.

También representaba el progreso y la innovación, especialmente a través de la asociación de la computadora central con la NASA y su capacidad para dirigir naves espaciales en órbita hasta aterrizar en la luna. La inconmensurable potencia de cálculo de la computadora central no tenía precedentes y provocó tanto ambivalencia como asombro en muchos, incluidos los artistas. El atractivo de estas nuevas máquinas —su prístino exterior, así como sus accesorios periféricos (como las tarjetas perforadas) y su funcionamiento interno (como los circuitos)— influyó en la estética de la primera era de las computadoras. IBM fue el principal fabricante de computadoras centrales durante este periodo, y su identidad corporativa (creada por el diseñador industrial Eliot Noyes) fue fundamental para la percepción que el público tenía de las computadoras. Los diseños que aquí se exponen demuestran cómo esa identidad evolucionó de una que celebraba la forma puramente tecnológica a otra que promovía las computadoras como creativas y “amigables”.