Engañar la mirada

 

El objetivo de crear imágenes trompe l’oeil, o trampantojos, en mosaicos de piedras contorneadas ha existido desde que comenzó a desarrollarse lo que se conoce como pietre dure, o piedra dura, una técnica que se popularizó en Florencia en el siglo XVI (vea, por ejemplo, el retrato del papa Clemente VIII en la entrada principal de la exposición). Las transiciones en el color y el tono se lograron mediante la cuidadosa selección de piedras multicolor en vez de con pinceladas. Las piedras se colocaron una al lado de la otra como si se tratara de un rompecabezas, excepto que cada pieza fue contorneada individualmente para delinear la imagen, lo que hace que las uniones sean invisibles. A fines del siglo XIX, la técnica había alcanzado un grado tan alto de ilusionismo que imitaba a la perfección los efectos de una pintura. Aunque el proceso artístico era más complejo, costoso y prolongado, estas obras extraordinarias se crearon para deslumbrar al espectador con el nivel de creatividad que se requería para diseñar y construir estas imágenes.