Piedras duras

 

Muchas de las piedras más preciosas son también las más difíciles de tallar y pulir. Tradicionalmente identificadas según la resistencia al rayado, la durabilidad de estas piedras es particularmente deseable para objetos como sellos, ya que las estampas deben permanecer nítidas ante el uso reiterado. La dureza de estas piedras también hace que sea posible realizar grabados extremadamente delicados que conserven los bordes a lo largo del tiempo. No obstante, las piedras, sin importar su grado de dureza, también son inflexibles y vulnerables al quiebre. Manipular un material tan complejo requiere conocimiento y habilidad, y un esfuerzo tan arduo suele tener como resultado muestras extraordinarias de talento y labor artesanal.