A mediados del siglo XVI, surgieron en el mercado paisajes inspirados —pero no necesariamente reconocibles— en lugares específicos como temas pictóricos independientes. Este plato es parte de una vajilla de cena importante, uno de los más grandes de los que se tenga registro, y es el único juego conocido que incluye paisajes en vez de escenas narrativas. El artista alemán Hans Lautensaack dibujó paisajes topográficos además de paisajes imaginarios como el que se ve aquí. El emperador Rodolfo II del Sacro Imperio romano germánico (r. 1576-1612) invitó a su corte en Praga a la familia florentina Castrucci, una familia de escultores de piedra, para que establecieran un taller en el que se grabaran paisajes del lugar utilizando piedras locales, tales como los que se aprecian en este particular gabinete.