Algunas marcas en piedras preciosas, como en el ágata musgoso, parecen figuras, mientras que otras son más sutiles. El atractivo especial que significaba incorporar incluso estas últimas en imágenes cristianas es que se creía que las obras eran creaciones divinas y no humanas. El camafeo grabado del rostro de Jesús en la tapa de la caja de heliotropo (o piedra de sangre) toma inspiración de la tradición cristiana de imágenes naturales milagrosas que se transfieren desde el rostro de Jesús a telas, tal como en este paño que se ve en la imagen de Albrecht Dürer. Las marcas sobre la amatista púrpura se utilizan en el vestido de la Virgen María y en la presencia divina en las nubes que están detrás de ella.