Al imitar la cualidad de piedras de color, los artistas de esmalte producían trasfondos elaborados para que contrastaran con las figuras que se pintaban en su totalidad con matices de gris. Esta moderna técnica de grisalla utiliza sombras profundas para crear la ilusión de una escultura. Desde las placas de mármol blanco que parecen unidas a una piedra rosa falsa hasta los relieves tallados de los putti como si estuvieran hechos sobre una piedra de color azul (muy similar a los esquifos con camafeos de cristal de la antigua Roma presentes en esta exposición), la superficie del esmalte es lisa. La ilusión de una pared de piedra rosa detrás de Clio sosteniendo su lira se convierte en el cielo nocturno dentro de la tabaquera con la estatua ecuestre de Pedro el Grande.