Los maletines portátiles con varios compartimentos como este se pusieron de moda en el Japón del periodo Edo (1603–1868) y se utilizaban en lugar de los bolsillos para llevar objetos como medicinas o sellos (de ahí su nombre, inrō, o “maletín de sellos”). No es de extrañar que durante décadas este pequeño objeto misterioso fuera catalogado como de origen japonés. Sin embargo, los fragmentos de pan de oro y nácar regularmente espaciados, la melena erizada del dragón y su animado semblante revelan que es de origen ryūkyū. Obsérvese la afinidad entre este dragón y los de la bandeja que tiene detrás.