El carey, la piel de raya, el nácar, el oro salpicado y el alambre trenzado son algunos de los materiales que adornan estas lacas coreanas, realzando los caprichosos y extravagantes diseños de las obras. Un inusual y minúsculo homenaje a este uso coreano de los materiales aparece en la forma de este pequeño inrō (estuche para sellos), con un dragón serpenteante que lo envuelve. Su cuerpo retorcido y escurridizo, que se aleja de la laca, está compuesto de carey.