Cajita de nubes, 1966

 

Peter Alexander llegó a la resina de poliéster como material escultórico a través del surf, intrigado por la naturaleza translúcida y moldeable de la resina líquida que utilizaba para esmaltar y reparar su tabla de surf. Quería que los espectadores se sumergieran en sus esculturas, que según él requerían un acabado perfectamente pulido; cualquier arañazo o imperfección distraería la atención. Alexander hizo Cajita de nubes mediante la inyección de pequeñas cantidades de líquido en resina de poliéster sin curar. La resina se endurecía, dando lugar a nebulosas formas nubosas suspendidas en el medio plástico. El crítico Christopher Knight ha descrito la caja de nubes de Alexander como “un pequeño trozo inmovilizado del cielo de Los Ángeles de mediados de la década de 1960, recortado con una sierra milagrosa y depositado sobre un pedestal para examinarlo de cerca”.