II. Narrativas de moda: Detectores

Detectores (otoño/invierno 2003–4) retrata un viaje por la tundra siberiana, hacia el sur y a través del Tíbet, y finalmente hacia el este, hasta Japón. Los diseños que guían a los espectadores a lo largo de la narrativa de McQueen se inspiran en las tradiciones textiles de estos lugares, que reflejan la rica historia de intercambio cultural de la vasta región. Un suntuoso abrigo de piel evoca el “oro suave” siberiano, con adornos metálicos que recuerdan los tejidos rusos adornados con oro. Un patrón de brocado (llamado “kati rimo” en tibetano) de octógonos entrelazados y medallones florales ilustra el movimiento hacia el Tíbet. Y en Japón, donde concluye Detectores, la chamarra roja de McQueen, inspirada en el kimono y con piezas en trampantojo, recuerda a los mantos de los sacerdotes budistas japoneses, o kesa.