Para realizar esta obra, Sherrie Levine recortó la silueta del presidente Washington de una página de una revista de moda femenina. Este perfil, diseñado originalmente por el escultor John Flanagan, apareció en la moneda de 1932 para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Washington. Al apropiarse de esta imagen de la moneda estadounidense y recrearla utilizando una editorial de moda, Levine explora el modo en que los publicistas mercantilizan a las mujeres para vender bienes y estilos de vida.