Victoria Fu investiga la disparidad entre el mundo digital y el físico mediante la combinación de imágenes analógicas de creación propia con imágenes digitales que adquiere de sitios de fotografía de archivo. Su instalación (__) presenta fragmentos de vídeos de archivo intercalados con imágenes de bailarines cuyos movimientos coreografiados se inspiran en los movimientos de los dedos que acompañan al uso de la pantalla: “el barrido”, “el pellizco” y “el doble toque/clic”. Al escenificar una toma de posesión mecánica del cuerpo humano, Fu propone que el tiempo que pasamos en la arquitectura digital afecta a nuestros movimientos físicos, a nuestro comportamiento y, al final, a nuestro cerebro.