La cestería, como afirmó con firmeza Ed Rossbach, es un arte textil. Más precisamente, es una tecnología anterior al telar, fundacional para las culturas del mundo pasadas y presentes. Para el reconocido tejedor estadounidense, la posición que ocupaba la cestería en la periferia de la historia del arte moderno no era el menor de sus tantos atractivos. Hacia fines de la década de 1960, Rossbach se sumergió de lleno en sus linajes y técnicas y, como escritor influyente y maestro, rindió el debido homenaje al precedente internacional. Sin embargo, en su propio trabajo incluyó materiales que evocaban la vida contemporánea, como láminas de plástico, papel de envolver iridiscente, papel periódico y tela impresa, entre otros.


Aunque se le atribuye a Rossbach el florecimiento de la cestería como forma de arte en los Estados Unidos en la década de 1970, ese resurgimiento no puede separarse de un interés creciente en lo que en ese momento se conocía como “culturas del mundo”. Entre las más prominentes fuera de occidente se encontraba la antigua forma cultural de cestería japonesa, venerada durante mucho tiempo por los artefactos utilizados para la ceremonia del té. A fines del siglo XX, una generación de jóvenes artistas de bambú, incluidos Nagakura Ken’ichi y Tanabe Yōta, retomaron ese célebre patrimonio. Experimentando con nuevas formas más escultóricas y técnicas contestatarias de entrelazado, también incorporaron partes inusuales de la planta de bambú en sus diseños cada vez más radicales. Conocidos también por el respeto que profesaban a las tradiciones vernáculas y las prácticas artesanales, los estadounidenses Ruth Asawa y Martin Puryear transformaron el potencial de la escultura moderna utilizando técnicas de modelado de material que habían sido descartadas como parte del repertorio del artista profesional. En la actualidad, pocos artistas contemporáneos mencionan la cestería por sí sola, pero a través de una variedad de prácticas que se alimentan de los legados ancestrales, artistas indígenas como Yvonne Koolmatrie (nacida en la región ngarindyeri en Australia meridional) y Shan Goshorn (banda oriental cheroqui) indagan en cuestiones de identidad y herencia cultural.