Al mismo tiempo, y por primera vez desde el inicio de la Revolución Industrial, el volumen de los tejidos de punto fabricados que se producían anualmente en todo el mundo fue superior al de las telas tejidas.Las transformadoras revueltas contraculturales que tuvieron lugar hacia fines de la década de 1960 les otorgaron un valor creciente al vestuario y los atuendos típicos como significantes sociales y culturales. A pesar de que las bellas artes eran el corazón de su formación académica, Rosemarie Trockel, Andrea Zittel, Paulina Ołowska y Ellen Lesperance encontraron pocos precedentes en la historia ortodoxa del arte que sustentara una práctica inspirada en una visión feminista conceptual. Más relevantes fueron las contribuciones innovadoras de las visionarias del período de entreguerras Anni Albers, Sonia Delaunay y Liubov Popova. A medida que forjaban sus estilos sartoriales exploratorios alrededor de los conceptos de “indumentaria cotidiana” y autofiguración, cada una de ellas combinó la semántica de lo personal con lo histórico. Trockel, la precursora de este discurso, se involucró en las cuestiones de representación y trabajo feminizado a mediados de la década de 1980 —vea My Dear Colleagues (Mis estimables colegas, 1986)— tanto como en disputar las formas masculinistas reinantes en la pintura moderna tardía mediante sus pinturas tejidas generadas por computadora. En cambio, Zittel considera que sus antepasados en la California rural tuvieron gran influencia en su exploración utópica de paradigmas socialmente responsables de vida y trabajo. Lesperance identifica como su piedra angular las prendas tejidas de punto que llevaban los manifestantes antinucleares de acción directa en Greenham Common en la década de 1980 y los mentores activistas como Angela Davis. Por su parte, en Torcik (Pastel) y Szachista 1 (Suéter 1) —ambos realizados en 2010—, Ołowska se enfoca en la instrumentalización ideológica de los lenguajes de diseño por parte del estado polaco durante la época comunista, mientras que en Pleciuga (2014) recupera los remanentes de las tradiciones folclóricas presoviéticas.