Tanto Gunta Stölzl como su colega tejedora de la Bauhaus, Anni Albers, consideraban que los patrones y el diseño formaban una parte integral de las telas tejidas. Haciendo a un lado los ornamentos superficiales de las telas impresas, explotaron el entrelazado ortogonal que le da forma a un tejido básico y priorizaron la textura y materialidad por sobre el color. Ya sean creados en papel o en telar manual como muestras, sus diseños para tapices y yardaje de confección industrial, como se observa en Weaving (Tejido), abarcan un vasto repertorio de patrones escoceses, rayados y a cuadros: un vocabulario geométrico estrechamente alineado con el idioma constructivista que se volvería el lenguaje primordial del arte abstracto en la Europa de la interguerra.