Esta obra es un retrato íntimo del hogar de Oh Jiho. Su hija, Geumhi, aparece en la puerta, y el perro de la familia duerme la siesta bajo la cálida luz del sol, lo que capta los momentos de serenidad y satisfacción de la vida cotidiana del artista. Oh era conocido por interpretar los paisajes de Corea a través de la luz mediante sus paisajes al aire libre.