Tono retrato 150 se basa en una idea para una obra que Bradford concibió tras el tiroteo mortal de
Philando Castile a manos de un agente de policía en Saint Paul, Minnesota, en julio de 2016. Castile,
supervisor de servicios de nutrición en una escuela primaria, fue tiroteado tras ser detenido en su coche,
un incidente que fue transmitido en directo en Facebook por la novia de Castile, Diamond Reynolds,
quien iba sentada en el asiento del copiloto junto a él. El texto repite fragmentos del diálogo de
Reynolds en el video. Bradford señala que le conmovieron los múltiples temas a los que Reynolds se
dirigió simultáneamente y los diferentes espacios que ocupaban: su novio, Castile, junto a ella (“quédate
conmigo”); el agente fuera del coche (“por favor, agente, no me diga que acaba de hacer esto”); Dios
(“Señor, por favor, Jesús, no me digas que se ha ido”); así como el receptor desconocido al otro lado de
su emisión en directo (“por favor, no me digas que se ha ido así”). Como muchas de las obras de
Bradford, la composición de tamaño mural contiene elementos tanto de abstracción como de realismo.
En algunos lugares, las capas de pintura manipulada hacen que el texto resulte casi ilegible. La forma
oscura del fondo, sin embargo, evoca asociaciones demasiado reales con el terrible tiroteo, como el
brazo retorcido de Castile y la mancha de sangre roja oscura extendida por su camisa blanca, ambas
visibles en la transmisión en directo. El título, Tono retrato 150, hace referencia al nombre y al código de
color del acrílico rosa utilizado en todo el cuadro (más visible en una gran mancha en el borde inferior
de la obra). Al igual que el ya obsoleto lápiz de color “carne” de la caja de Crayola 64 (el color pasó a
llamarse “durazno” en 1962), el color “tono retrato” conlleva suposiciones inherentes sobre quién,
exactamente, está siendo representado. En el contexto del cuadro de Bradford, el título presenta un
comentario aleccionador sobre el poder y la representación.