Caroline Hughes Hannum, 1889–94

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:24

Las tarjetas de gabinete contribuyeron a un replanteamiento de la fotografía. Antes de la introducción de este formato, la gente generalmente se hacía retratos para registrar su apariencia y estatura; ahora, empezaron a pensar en las fotografías como reflejos de momentos en el tiempo. En esta inusual serie extendida, los fotógrafos cambiaron, pero el estilo no. La forma en que Caroline Hughes Hannum está enmarcada en estas tarjetas llama efectivamente la atención sobre su rostro y su desarrollo físico.

 

Pareja, c. 1888

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:23

La fotografía en color no llegó a ser práctica hasta los mediados del siglo XX. Anteriormente, las fotografías se coloreaban a mano para darles mayor realismo.

Retrato de tarjeta de gabinete, c. 1867

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:22

Las tarjetas de gabinete, tres veces más grandes que las cartes de visite, ofrecían a los fotógrafos la posibilidad de captar detalles faciales e incluir a los retratados en entornos más elaborados, aunque la mayoría de los fotógrafos tardaron en comprender estas nuevas oportunidades. Al principio, los fotógrafos trataban las tarjetas de gabinete como si fueran simples cartes de visite de dimensiones superiores, y seguían rodeando a sus modelos con mucho espacio y un par de accesorios.

Abrazadera de cabeza del estudio del fotógrafo, antes de 1900

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:21

Hasta la década de 1890, cuando se generalizó el uso de la luz eléctrica, las exposiciones en estudio solían durar entre cinco y diez segundos. Para mantener inmóviles a los retratados, los fotógrafos solían apuntalarlos por detrás con abrazaderas para la cabeza cuidadosamente ocultas. Napoleon Sarony, considerado el padre de la fotografía artística en los Estados Unidos, adoptó la medida adicional de utilizar soportes de hierro ajustables para sujetar los brazos y las piernas extendidas de sus sujetos.

Lotta Crabtree, c. 1870

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:20

Lotta Crabtree era una estrella bien establecida que estaba de gira con su propia compañía cuando le pidió a Napoleon Sarony que creara este retrato promocional. Como reflejo de su personaje teatral, posa con su popular apariencia de inocente pero paradójicamente conocedora ingenua.

Geneviève Ward, c. 1875

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:20

La actuación era la profesión secundaria de Geneviève Ward; su carrera como cantante de ópera se vio truncada cuando la difteria destruyó su capacidad vocal. Tenía tanto talento que, cuando Napoleon Sarony hizo este retrato de ella, ya aparecía en obras escritas expresamente para ella.

William H. Crane, finales del siglo XIX

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:19

Benjamin J. Falk observó el éxito financiero y popular de Napoleon Sarony y comenzó a fotografiar a los actores en 1877. Influido por la capacidad de su predecesor de transmitir la instantaneidad, pero resistiéndose a pagar los derechos de patente necesarios para acceder a los soportes mecánicos de Sarony, Falk fue uno de los primeros en adoptar la nueva tecnología de la iluminación eléctrica.

Jeffreys Lewis y Emily Rigl en Exiliados (Exiles), 1880s

Submitted by akwong on Fri, 09/03/2021 - 15:18

José María Mora nació en el seno de una de las familias más ricas de Cuba y se formó como pintor. El levantamiento cubano de 1868 lo obligó a huir a Nueva York, donde se convirtió en retocador para Napoleon Sarony y acabó abriendo su propio estudio. Para diferenciarse del resto del sector, Mora afirmaba que podía ofrecer a sus clientes un mayor número y variedad de fondos que cualquier otro fotógrafo en activo. Retocó este retrato para sugerir la caída de nieve, pero tuvo cuidado de no ocultar los rostros de sus dos clientes.