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Miguel Cabrera
México, ca. 1715-1768
El Sagrado Corazón de Jesús, ca. 1756
Miguel Cabrera
México, ca. 1715-1768
El Sagrado Corazón de Jesús, ca. 1756
Atribuido a Juan Patricio Morlete Ruiz
México, 1713-1772
Retablo de la Virgen de Guadalupe y san Juan Bautista con fray Juan de Zumárraga y Juan Diego, ca. 1750
Juan Rodríguez Juárez
México, 1675-1728
La Virgen de Guadalupe y santos, ca. 1720
Nicolás Rodríguez Juárez
México, 1667-1734
San Nicolás de Bari, 1724
San Nicolás de Bari (o de Myra, 270-343), figura histórica que inspiró la leyenda de Santa Claus, fue un santo muy popular en Europa e Hispanoamérica, conocido sobre todo por su papel como protector de la infancia y por sus muchos milagros, algunos de los cuales se representan en los recuadros que sostienen los angelotes.
Atribuido a Nicolás Enríquez
México, 1704-ca. 1790
La Virgen de los Dolores, ca. 1750
José de Ibarra
México, 1685-1756
Cristo de Ixmiquilpan o “Señor de Santa Teresa”, 1737
José de Ibarra
México, 1685-1756
Virgen de Guadalupe y vista del valle de México, 1739
Para 1739, año en el que José de Ibarra pintó su obra, ya se había jurado el patronato de la Virgen de Guadalupe en la ciudad de México, tras una gran peste que asoló el valle de México y sus alrededores. Ibarra realizó muchas versiones de la imagen, pero en ninguna de las conocidas hasta ahora repitió el hermoso efecto del paisaje amplio y libre que se ve en esta obra temprana, con la Virgen flotando lejos del lugar sagrado y por encima de la ciudad de México.
Nicolás Correa
México, 1657-ca. 1708
Imposición de la casulla a san Ildefonso, ca. 1700
Nicolás Correa, sobrino del afamado pintor mulato Juan Correa (ca. 1645-1716), se especializó en la técnica del enconchado, inventada en México. Inspirada en el arte oriental, consistía en insertar pequeños fragmentos de madreperla sobre el soporte de tabla o lienzo y cubrirlos con un tinte amarillento y finas veladuras de pintura, que brindaban un peculiar brillo a las composiciones.
Nicolás Correa
México, 1657-ca. 1708
El traslado de santa Rosalía de Palermo, 1708
Atribuido a Miguel Cabrera
México, ca. 1715-1768
La Virgen y el Niño con san Juan Bautista, ca. 1760
La Virgen y el Niño aparecen representados en un interior doméstico escasamente iluminado; la tenue atmósfera y las suaves expresiones de las figuras tienen por finalidad inspirar sentimientos dulces y piadosos. El Niño Jesús mira directamente al espectador mientras san Juan besa su pie y sostiene una banderola que reza: “Éste es el Cordero de Dios”.